¿Exculpar los errores de la conservación? Un informe considera a WWF culpable de violaciones de los derechos humanos, pero no la culpa
17 de diciembre de 2020
DECLARACIÓN CONJUNTA
La informe del Grupo Independiente de Expertos que investiga el papel de WWF en presuntas violaciones de derechos humanos cometidas en áreas protegidas bajo su égida, publicado por WWF el 24 de noviembre de 2020, concluyó que la organización conservacionista incumplió repetidamente sus obligaciones en materia de derechos humanos durante años en múltiples países. Esto incluye no prevenir, responder y remediar adecuadamente múltiples denuncias de asesinatos, violaciones, torturas y violencia física grave cometidos por ecoguardas apoyados por WWF contra pueblos indígenas y comunidades locales (IPLC). Aunque el Grupo describe cómo WWF incumplió sistemáticamente sus compromisos en materia de derechos humanos en diversas áreas protegidas, no llega a conclusiones lógicas sobre la complicidad de WWF en estos abusos ni responsabiliza adecuadamente a la organización de sus numerosas deficiencias. El resumen ejecutivo y los comunicados de prensa adjuntos de WWF y el Grupo minimizan deliberadamente el papel de WWF en los abusos contra los derechos humanos hasta el punto de que lecturas superficiales han llegado a la conclusión errónea de que WWF quedaba eximida de responsabilidad.
Las deficiencias del informe final reflejan un enfoque erróneo de la investigación del Grupo. Desde el principio, las organizaciones locales e internacionales que trabajan con las comunidades afectadas advirtió que el reducido alcance y la metodología del examen eran totalmente inadecuados para abordar la gravedad y el carácter endémico de las denuncias. Esto se confirmó en la investigación del Grupo, que no entrevistó a las víctimas de los presuntos abusos contra los derechos humanos. Aunque el Grupo tuvo en cuenta las comunicaciones escritas presentadas por el público, el proceso estaba mal adaptado para recibir aportaciones de las comunidades afectadas.
Una Información publicado hoy ofrece un resumen ejecutivo alternativo del informe, que subraya y aclara las principales conclusiones ocultas en el documento de 160 páginas. Destaca la documentación del Grupo sobre el incumplimiento sistemático por parte de WWF de sus obligaciones en materia de derechos humanos en las zonas protegidas, haciendo hincapié en que:
- En cada área protegida objeto de estudio, WWF tenía conocimiento de presuntas violaciones de los derechos humanos;
- En cada área protegida objeto de estudio, WWF proporcionó apoyo financiero, técnico y material a los ecoguardas del parque a pesar de tener conocimiento de los presuntos abusos contra los derechos humanos cometidos por ellos;
- En 7 de los 10 áreas protegidas objeto de examen (en Camerún, República Democrática del Congo (RDC), República del Congo y Nepal), WWF no adoptó las medidas adecuadas para prevenir, responder y remediar las denuncias de abusos contra los derechos humanos cometidos por los ecoguardas que financiaba y apoyaba; y
- En 7 de los 10 áreas protegidas examinadas (en Camerún, la RDC, la República del Congo y Nepal), WWF no defendió los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
A pesar de constatar que WWF tenía conocimiento de abusos en cada áreas protegidas sujetas a la investigación del Grupo, la organización llevó a cabo investigaciones internas en sólo la mitad de ellas, a menudo sólo a raíz de la intensa presión ejercida por los medios de comunicación y la sociedad civil. El Grupo también confirmó que WWF siguió financiando ecoguardas incluso cuando las salvaguardas fundamentales no estaban plenamente operativas para garantizar los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Estas salvaguardias incluían sus propias políticas de derechos humanos, así como recomendaciones de expertos para mitigar los riesgos para los derechos humanos descubiertos por sus investigaciones internas.
Evitar las conversaciones difíciles con los países socios y ocultar los hechos a sus donantes (incluso mediante Comunicado de prensa de WWF sobre las conclusiones del informe), apuntan a un problema sistémico y no episódico en toda la organización, agravado por un enfoque de la conservación cada vez más militarizado a lo largo de los años. Dado que la revisión abarca una fracción de las áreas protegidas gestionadas y apoyadas por WWF, las conclusiones del Panel pueden representar la punta del iceberg. Por ello, la forma en que se han formulado las conclusiones del Grupo y la posterior autoexculpación y falta de arrepentimiento de WWF constituyen una bofetada a la responsabilidad en materia de derechos humanos y un duro golpe para los enfoques de conservación centrados en las personas.
Como el Información esboza, para garantizar un enfoque de la conservación respetuoso con los derechos humanos, WWF y sus donantes deben reparar las violaciones de los derechos humanos en las áreas protegidas que apoya. Los donantes de WWF tienen la responsabilidad de encargar revisiones independientes dirigidas por los pueblos indígenas en cada área protegida donde se hayan denunciado violaciones. Los donantes deben dejar de financiar inmediatamente proyectos de conservación en áreas protegidas con denuncias de violaciones de derechos humanos sin resolver y no volver a hacerlo hasta que se hayan puesto en marcha plenamente salvaguardias supervisadas externamente y se hayan ofrecido reparaciones a las víctimas. WWF y sus donantes deben abordar la cuestión subyacente del reiterado incumplimiento de la propiedad consuetudinaria de la tierra cuando se crean áreas protegidas, y tomar medidas para la restitución de las tierras consuetudinarias. Los altos ejecutivos, la dirección, los miembros del consejo y el personal de WWF en los países deben rendir cuentas por su papel en el incumplimiento de los compromisos en materia de derechos humanos. Y lo que es más importante, los donantes deben transformar radicalmente el modelo de conservación coercitiva promovido por WWF, que está en la raíz de los abusos objeto de la investigación del Grupo. Dicho rediseño debe situar a los IPLC, los guardianes del medio ambientey sus territorios ricos en biodiversidad, en el centro de la conservación, asegurando al mismo tiempo su titularidad sobre los dominios ancestrales. Este imperativo no es sólo una cuestión de derecho internacional de los derechos humanos; es también evidentemente el más eficaz manera de conservar el medio ambiente.
Grupo Internacional pro Derechos de las Minorías
Acciones para la Promoción y Protección de los Pueblos y las Especies Amenazadas (APEM)
Programa para los Pueblos de los Bosques (FPP)
Fundación Rainforest del Reino Unido
Survival Internacional
Si usted o su organización están interesados en firmar esta declaración, aceptaremos firmas hasta el 8 de enero de 2021. Póngase en contacto con Lara Domínguez (lara.dominguez@mrgmail.org) y Colin Luoma (colin.luoma@mrgmail.org).
Haga clic aquí para leer el resumen alternativo del informe de Minority Rights International.
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