Los mapas comunitarios pueden ayudar a prevenir una amenaza existencial para la segunda selva tropical más grande del mundo
12 de noviembre de 2018
Los bosques tropicales de la República Democrática del Congo (RDC) se encuentran entre los más intactos del planeta, con tasas de deforestación muy inferiores a las del Amazonas y el Sudeste Asiático. Mientras que los países vecinos de la cuenca del Congo han destinado la inmensa mayoría de sus bosques a la tala industrial, la RDC destaca por sus grandes extensiones de bosque que siguen potencialmente disponibles para usos más sostenibles.
Una de las principales razones por las que gran parte de los bosques de la RDC siguen oficialmente sin asignar -hasta 75 millones de hectáreas- es la moratoria nacional del país sobre nuevas concesiones de tala industrial. La moratoria se puso en marcha en 2002 para evitar lo que amenazaba con convertirse en una batalla campal de posguerra sobre los vastos recursos forestales del país. A lo largo de los años ha habido muchos intentos de levantar la moratoria, pero con la presión de organizaciones nacionales e internacionales la prohibición de nuevas concesiones madereras, por frágil que sea, sigue en pie.
Sin embargo, ahora más que nunca en los últimos 16 años, la prohibición está amenazada, tanto por las asignaciones ilegales -que parecen estar vinculadas a maniobras políticas en el país- como por la industria maderera, cuyos partidarios han argumentado que la moratoria ha privado al Estado y a la economía rural de unos ingresos muy necesarios. Sin embargo, la investigación demuestra que hay pocos indicios de que la apertura de los bosques de la RDC a una mayor tala vaya a tener otro resultado que no sea un catastrófico impacto medioambiental, social y climático, sobre todo porque la gobernanza forestal y la aplicación de las leyes contra la tala ilegal siguen siendo crónicamente débiles.
Podría decirse que lo único que se interpone entre la industria maderera y una de las últimas grandes extensiones de bosques tropicales del mundo es una Orden Presidencial de 2005 que establece que debe haber una "programación geográfica" de las futuras zonas de concesión.
El siguiente de nuestra serie de notas informativas, En desacuerdo: La moratoria, la programación geográfica y la cartografía comunitaria en la RDC, demuestra que cualquier proceso que no tenga suficientemente en cuenta a las comunidades tendrá inevitablemente resultados negativos tanto para la población local como para el medio ambiente.
A partir de los mapas comunitarios elaborados con el apoyo del MapeoParaDerechos iniciativa, esta sesión informativa muestra el alcance de las reivindicaciones y usos consuetudinarios de los bosques, dónde y cómo es probable que se produzcan conflictos con los madereros, y por qué es de vital importancia documentar y asegurar adecuadamente las tierras comunitarias.
Pulse aquí para leer el informe completo. También puede leer nuestro anterior MapeoParaDerechos sesiones informativas aquí.
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